San Gerardo Mayela

Patrón: nacimientos, niños, madres encinta, confesiones, hermanos seglares, maternidad, madres, mujeres embarazadas, movimientos a favor de la vida, niños no nacidos.
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Oración por la maternidad:
Oh Buen San Gerardo , poderoso intercesor ante el trono de Dios, tu que haces maravillas en nuestro día, te invoco y solicito tu ayuda. Tu, que mientras viviste en la Tierra, siempre cumpliste con los designios de Dios, ayúdame también a hacer siempre la Santisima Voluntad de Nuestro Señor. Ruegale al Maestro de la Vida, de quien procede toda la paternidad, que me bendiga con la gracia de la maternidad y que pueda criar hijos de Dios en esta vida y herederos del reino de Su Gloria de la vida que vendrá. Amén.
Oración para una madre con un hijo:
Oh Todopoderoso y Eterno Dios, por la intervención del Espiritu Santo, tu que preparaste el cuerpo y el alma de la gloriosa Virgen Maria como digno refugio para Tu Hijo Divino, y por la intercesion del mismo Espiritu Santo, santificaste a San Juan Bautista, aun cuando estaba en el vientre de su madre; escucha las plegarias de tu humilde servidora que te implora, que por intercesion de San Gerardo, me protejas de todo peligro durante la gestación y vigiles a mi hijo con quien Tu deseaste bendecirme; que sea lavado con las aguas del Bautismo, y luego de una vida cristiana en la Tierra, pueda junto a su madre alcanzar la felicidad eterna en el Cielo. Amén.
Oración de una embarazada:
Oh gran San Gerardo, amado sirviente de Jesucristo, perfecto imitador de tu Manso y Humilde Salvador, y devoto Hijo de la Madre de Dios: enciende en mi corazón una chispa de ese fuego celestial de caridad que brilló en tu corazón y te hizo un ángel de amor.
Oh glorioso San Gerardo, porque cuando fuiste falsamente acusado de crimen, sobrellevaste, como tu Divino Maestro, sin murmullos ni quejas, las calumnias de hombres malvados, has sido elevado por Dios como Patrón y Protector de las madres encinta. Sálvame del peligro y de los excesivos dolores que acompañan el nacimiento del niño, y protege al niño que ahora llevo, para que pueda ver la luz del día y recibir las aguas del bautismo a través de Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Novena a San Gerardo
Iniciar poniéndonos en presencia de Dios y con el Acto de Contrición.
¡Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador y Padre y Redentor mío! Por ser vos quien sois y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa, Señor, de haberos ofendido (golpe de pecho). Propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuese impuesta. Amén.
Oración para todos los días:
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, humildemente postrado en tu presencia, te doy gracias por los favores concedidos a tu gran siervo Gerardo, especialmente por las virtudes con que lo adornaste en esta vida, y por la gloria que le diste en el Cielo. Ya que tanto le glorificaste ante los hombres, concédeme por sus méritos, unidos a los de nuestro Redentor Jesucristo y a los de la Santísima Virgen, la gracia que te pido. Y tu, mi poderoso abogado, modelo de caridad, intercede por mí. Haz que no termine esta novena sin experimentar de algún modo los efectos de tu intercesión. Así sea.
Se lee la oración de cada día y al final se lee la siguiente oración:
Santo mío, Patrono de las Madres y de los niños, concédeme la gracia que en particular te pido. Así sea.
(Tres Avemarías)
V/. Ruega por nosotros, San Gerardo
R/. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Cristo.
¡Oh Dios, que quisiste atraer a Tí al bienaventurado Gerardo desde su tierna edad y hacerlo imagen viva de tu Hijo Crucificado! concédenos que siguiendo sus ejemplos, seamos también nosotros transformados en ese Divino Modelo, Por Cristo Nuestro Señor. Amén.
PRIMER DÍA
¡Oh Glorioso San Gerardo! Que desde la más tierna infancia oíste la voz de Dios que te llamaba a la más alta santidad, compadécete de mi alma que vive en medio de los peligros del mundo, concédeme que creyendo firmemente lo que la Santa Iglesia me propone creer, viva como cristiano y alcance la felicidad eterna del Cielo.
SEGUNDO DÍA
¡Oh Glorioso San Gerardo! Dechado de desprendimiento, que desde tus más tiernos años despreciaste a las cosas de la tierra, haz que ponga mi confianza solo en Cristo, mi único Tesoro, quien solamente puede hacerme feliz en el tiempo y en la eternidad.
TERCER DÍA
¡Oh Glorioso San Gerardo! Serafín de amor, que despreciando todo amor terreno consagraste tu vida al servicio de Dios y el prójimo, promoviendo la gloria del Señor en tu humilde condición, siempre pronto para socorrer al necesitado y consolar al triste, alcánzame la gracia de que amando a Dios, mi único bien, y al prójimo por su amor, merezca vivir unido a El en la gloria.
CUARTO DÍA
¡Oh Glorioso San Gerardo! Blanquísimo lirio de pureza, que por esta angelical virtud y por la grandísima inocencia de tu vida, recibiste del Niño Jesús y de su Inmaculada Madre dulces pruebas del más tierno amor, concédeme la gracia de esforzarme más y más en el combate de la vida, y así obtener la corona prometida al que persevera.
QUINTO DÍA
¡Oh Glorioso San Gerardo! Modelo de obediencia, que durante tu vida, heroicamente sometiste tu juicio al de aquellos que para ti representaban a Cristo, santificando así tus más humildes acciones: alcánzame del Señor alegre sumisión a su santa voluntad y una perfecta obediencia, para asemejarme así a Jesús, mi modelo, que fue obediente hasta la Cruz.
SEXTO DÍA
¡Oh Glorioso San Gerardo! Perfecto imitador de Jesús, Nuestro Redentor, para quien la mayor gloria fue ser humilde y despreciado, alcanzadme que también yo, concediendo mi bajeza y pequeñez, sea merecedor del reino prometido a los mansos y humildes de corazón.
SÉPTIMO DÍA
¡Oh Glorioso San Gerardo! Heroico y pacientísimo en el sufrimiento, que te gozabas en los dolores de la enfermedad y sufrías con alegría las calumnias y los desprecios, concédeme que lleve con valor y resignación la Cruz que ha de enriquecerme con los bienes celestiales en el tiempo y en la eternidad.
OCTAVO DÍA
¡Oh Glorioso San Gerardo! Verdadero amante de la Divina Eucaristía, que pasabas largas horas postrado ante el Sagrario, saboreando de antemano las delicias del paraíso, alcánzame el Espíritu de oración y un amor tierno al Santísimo Sacramento, para que recibiendo con frecuencia el Cuerpo y la Sangre de Jesús, crezca y merezca la inestimable gracia de amarle hasta el fin.
NOVENO DÍA
¡Oh Glorioso San Gerardo! Criatura privilegiada del Cielo, que recibiste de brazos de la Santísima Virgen al Divino Niño y tuviste la dicha de ser consolado en la hora de tu muerte con la presencia de esta celestial Señora, concederme la gracia de amarla y servirla durante la vida, para que sea mi gozo y consuelo en este valle de lágrimas, hasta que merezca después, juntamente contigo, cantar las misericordias por toda la eternidad.